¿Qué significa cuando el Señor dice
que Su pueblo invalidó su pacto? Invalidaron el Pacto de
Dios porque Israel no
obedeció a los mandamientos de Dios, sino que hicieron
como ellos quisieron y se desviaron por completo del
Señor. Esto es invalidación del pacto de Dios,
invalidaron Sus leyes porque no
las obedecieron.
Por tal motivo, para que nosotros no invalidemos Su
pacto, tenemos que nacer de nuevo, y como estudiamos en la
clase de
"Cuerpo, alma y
espíritu", Él puso en nosotros su Espíritu
Santo para que Él mismo nos haga hacer y cumplir con
sus mandamientos y preceptos, y los pongamos por obra.
Cuando nacemos de nuevo, nos hacemos partícipes
del nuevo pacto, donde Dios nos perdona los pecados y se olvida
por completo de ellos, haciéndonos nuevas criaturas y
haciendo las cosas nuevas desde ese momento en
adelante.
Vienen días, dice el Señor, en que la
ciudad será edificada, esto es la Iglesia que
Jesucristo levantó y que su fundamento es Cristo mismo.
Esta Iglesia irá más allá de las fronteras y
permanecerá para siempre. Esta es una promesa de la que
nosotros somos partícipes como hijos de Dios, pues tenemos
desde ya vida eterna, y en abundancia.
- Juan 1:14
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y
habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad".
Como vemos en este versículo, el Cristo quien
trae la gracia y la verdad. Eso no quiere decir que la Ley de
Moisés era mentira ni que se estableció para
molestar a la gente; pero sí que era imposible de cumplir.
Pero el nuevo pacto comienza con Jesús, porque Él
está lleno de la gracia del Padre. ¿Qué
significa gracia? Significa regalo, don, algo que nos regalan, de
gracia, de gratis. Esto es la gracia que necesitamos para
poder cumplir
con los mandamientos de Dios.
- Juan 1:17
"Pues la ley por medio de Moisés
fue dada, pero la gracia y la
verdad vinieron por medio de Jesucristo".
Esto es el Nuevo Pacto que nosotros tenemos con Dios:
Que la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. Esto
es lo que hace la diferencia con la Ley de Moisés. La Ley
no regala nada, por el contrario exige. El Nuevo Pacto trae la
gracia. La Ley es cierta porque Dios mismo instruyó a
Moisés al respecto, pero el Nuevo Pacto trae la verdad a
nosotros, a nuestras vidas y por eso escribe la Ley en nuestros
corazones para que nunca más se aparte de
nosotros.
- Mateo 26:27 – 28
"Y tomando la copa, y habiendo dado
gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque
esto es mi sangre del nuevo
pacto, que por muchos es
derramada para remisión de
los pecados".
El punto crucial del nuevo pacto, o mejor dicho, desde
donde se inicia, es en la crucifixión de Jesús. En
este punto Él derrama Su sangre para perdonarnos los
pecados. Por eso este versículo presenta a Jesús
diciendo que su sangre sella el nuevo pacto para el perdón
de nuestros pecados.
LEGALIDAD DEL PACTO
Dios se caracteriza por ser correcto y caballero (si se
quiere usar la palabra "caballero"), ya que aunque teniendo el
poder para borrar del mapa a Satanás, prefiere hacerlo por
la vía legal. Hagamos un poco de memoria del
porqué es necesario que Dios haga un nuevo
pacto:
- Con Adán y Eva se introduce el pecado en el
mundo, y como consecuencia de ese pecado, la muerte.
Esto es simple acción y reacción de las leyes
que Dios hizo. - La muerte
acecha a todos, y Dios sabe que no hay nadie que pueda
liberar al mundo de la muerte. Se necesita que alguien nazca
sin pecado para que pueda hacerle frente. Esto resulta
imposible para el hombre
porque el mismo hecho de nacer ya trae el "pecado original";
en pocas palabras, ya nacemos con naturaleza
corrupta. - Al no haber nadie para el caso, Él mismo
decide venir a combatir al pecado: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo
también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse,
sino que se despojó a
sí mismo,
tomando forma de
siervo,
hecho semejante a los
hombres; y estando en la
condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses
2:5 – 8). Este versículo resalta la
acción que Dios hizo para librarnos del pecado. Como
no hubo nadie para combatir el pecado, Él mismo
tomó forma de hombre, humillándose a nuestra
condición. Tenía que hacerlo, porque al nacer
Él, ya no tenía simiente corruptible, sino
incorruptible, porque no nació de voluntad de hombre
sino de Dios, ni siquiera fue concebido a través de
una relación sexual, sino que por el Espíritu
Santo. Él era el único capaz de combatir el
pecado, porque sin pecado fue concebido. - Para que Dios mismo tomara forma de hombre se
necesitaron algunos elementos, entre los cuales se destaca:
María había hallado gracia delante de
Dios: "Entonces el ángel
le dijo: María, no temas, porque
has hallado gracia delante de
Dios" (Lucas
1:30). Esto fue así porque ella era temerosa de Dios y
era virgen; este último elemento es de importancia
porque si no hubiera sido virgen, no hubiese sido temerosa de
Dios porque hubiera hecho lo que le dio la gana. Entonces el
no haber fornicado la hacía tener menos
pecados.
- Luego, Jesús fue tentado en TODO:
"Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en
todo, según
nuestra semejanza, pero sin pecado" (Hebreos
4:15). Jesús fue tentado en todo porque Dios
tenía que demostrarle al diablo, y a nosotros mismos,
que Él no pecaba aun cuando fue tentado en todas las
cosas. Al no tener una naturaleza pecaminosa, no había
pecado en Él y no existía en Él la
"necesidad" de pecar. - Dentro del Plan perfecto
de Dios para con el Mesías, también estaba el
ser humillado, degradado y muerto. El Señor nos
enseña en Su Palabra que con la humillación
ganamos la exaltación; además, va de acuerdo
con la Palabra cuando dice que vamos a ser humillados,
degradados y hasta perseguidos por causa de Cristo.
"Si el
mundo os aborrece, sabed que
a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais
del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero porque no
sois del mundo, antes yo os
elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El
siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han
perseguido, también a
vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también
guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi
nombre porque no conocen al
que me ha enviado" (Juan 15:18 – 21). La
Escritura
dice que el mundo amaría lo suyo y por este motivo nos
aborrece, porque no pertenecemos al mundo desde que nacimos
de nuevo. Gracias a Dios por esto. "¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis que la
amistad
del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo,
se constituye enemigo de
Dios" (Santiago
4:4). No podemos pretender estar bien con el mundo y con Dios
al mismo tiempo. No
se confunda esto con no tratar de caer bien a las personas
del mundo o tratarlas mal, sino se trata de que no podemos
ser partícipes de las cosas del mundo como
fornicaciones, adulterios, robos, etc. "No améis al
mundo,
ni las cosas que están en el
mundo.
Si alguno ama al
mundo,
el amor del
Padre no está en él" (1° Juan 2:15). La Palabra nos
exhorta a no amar al mundo, ni las cosas que están en
el mundo. No amar al mundo es no amar las borracheras, las
fiestas y todo lo que ya se nombró unas líneas
antes. También nos dice que no amemos las cosas que
están en el mundo, como los vicios, el dinero,
posesiones materiales, etc. Si alguno ama esto, el amor de
Dios no está en él. Esto es una
aseveración muy fuerte, es 2 + 2 = 4; o sea, no se
puede concebir un cristiano, que se hace llamar cristiano y
que ama las posesiones por ejemplo; éste sería
un lobo disfrazado de oveja (inmaduro) y no un cristiano
auténtico (me refiero a un cristiano con cierta
madurez espiritual). "Mirad
cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos
llamados hijos de Dios; por
esto el mundo no nos conoce, porque no le
conoció a él" (1° Juan 3:1). No solamente el
mundo nos aborrecerá, sino que no nos
determinará. Las cosas buenas que hagamos en el
trabajo, en la universidad no serán siempre
reconocidas; otro se llevará el crédito por lo que nosotros hicimos. No
será justo, pero es que el mundo no es justo. La
única justicia
viene de Dios. "Ellos son del
mundo; por eso hablan del
mundo, y el mundo los
oye" (1°
Juan 4:5). El mundo oye a los que son del mundo, porque
hablan el mismo idioma, el mismo lenguaje.
Pero a nosotros nos llaman locos y no nos oyen.
"Sabemos que somos de Dios, y
el mundo entero está bajo el
maligno"
(1° Juan 5:19). Todo esto ocurre porque el mundo
ENTERO está bajo el maligno, bajo el dominio de
Satanás. Esta es la razón básica del
porqué todas estas cosas suceden a los que nos
llamamos cristianos. - La muerte física de
Jesucristo es muy importante para nosotros, porque cuando
Él fue crucificado Su sangre se derramó y
cayó a tierra.
Ese fue el precio que
Cristo pagó por nosotros para perdonarnos los pecados,
como ya vimos en un versículo anterior. Claro
está que como Jesús nació sin pecado y
nunca pecó, al ser crucificado la consecuencia natural
es la muerte, y así sucedió físicamente
hablando; pero la muerte no pudo retenerlo, y
resucitó. Como no tuvo pecado, ni siquiera el "pecado
original", la consecuencia normal de no pecar es no morir.
Por tal motivo la muerte no pudo retener a Jesucristo y
Él resucita de los muertos.
De esta manera Dios legalmente le quita el derecho que
tenía sobre nosotros el diablo, porque así como
Satanás introdujo el pecado y la muerte a través de
un hombre (Adán), Jesús introduce la
salvación y la vida a través de Él mismo, y
pasamos a pertenecer al Reino de Dios, pues Jesucristo
pagó con precio de sangre por nosotros y ahora le
pertenecemos a Él.
Gracias damos hoy a Dios por lo que hizo por nosotros en
la cruz del Calvario. Amén.
Oscar Merino Artieda
Graduado de ingeniería de materiales en la Universidad
Simón Bolívar en
Caracas-Venezuela,
descubrió la importancia fundamental de entregarse a
Jesucristo en 1999. El 24/09/2004 Dios le ha dado un Ministerio
Apostólico y desde aquel momento tuvo la
determinación de conquistar los países para
Jesucristo, presentándolo como Dios mismo, sin religiones, sin dogmas
sociales no eclesiásticos. Hoy en día trabaja en
una de las consultoras de ingeniería más grandes de
Venezuela, tiene un negocio propio manejado por su esposa y un
Ministerio siempre creciente en varias ciudades de Venezuela. El
Ministerio fundado por el apóstol Oscar se llama Centro
Cristiano Integral con sede en la ciudad de Charallave, Edo.
Miranda, Venezuela.
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